Desbrozando
Memorias
“La soledad era de
veras soledad”
(Manuel Porcel de
Peralta)
Arde la
tierra
cuando el sol
se curva en su pelo azabache
y la memoria
impone un silencio pactado
y cotidiano,
con llagas y cicatrices.
La sed va
incendiando el lenguaje del aire,
socavando el
tiempo con sabor a sangre,
trenzando las
horas geométricas
preñadas de
promesas.
Danzan los
ecos en el bosque
desoyendo
costumbres,
atajando los
lamentos de hojas, copihues y niños,
al son del
viento que les calcina las manos,
salvando la
estatura de los conquistadores.
La sombra de
los caballos,
surge de
entre el ímpetu revolucionario,
horadando las
esquirlas,
estirando los
hemisferios
en la orilla
obsesiva del Maule.
Mientras, la
sangre escribe
su historia
de espinas en el testamento,
el verbo de
escalar murallas,
la hostilidad
racial por su destreza,
una
cosmovisión, celada en los fondillos
de la chacana
polvorienta,
con las
espigas creciéndole entre los dedos.
Hijos de las
latitudes embrujadas,
de niños
oscuros con mirada brava
y pies
descalzos.
Jóvenes
fragmentados por el hambre,
de voz
temprana y luz en la sonrisa.
Su pulso
navega en rituales unísonos,
enmarañado a
las raíces que trepan las arterias
por caminos
de huidas; presagios
de contornos
rencorosos
de estelas
ardientes, que crepitan
en las alas
de la libertad.
Tierra
luminosa
hacedora de
seres de ágil oratoria;
almas sin
atrezo, temerosas del códice etéreo.
Araucanos del
Valle Perdido,
hechizo de
ancestros
de aguas de
cristal y ánforas cautivas.
Llegaste
aquí, por caminos ajados
desbrozando
guerras congénitas.
Lo que hoy
eres,
lo cantan las
estrellas y el taguató,
con sueños de
lawal,
y esculpida la memoria.
Rocío Biedma
Publicado en la antología poética digital que sobre el pueblo mapuche hizo La biblioteca de las
grandes naciones, creada para apoyar las libertades de las
personas y pueblos, además de tratar de preservar sus
culturas y tradiciones; Año 2014.
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Méceme
(A la Casa de los Poetas de Soria)
Méceme árbol sitiado
entre versos, biblias y secretos.
Méceme y deja
que sienta este viento
libre y limpio,
donde antes nos legaron
la poesía tantos otros.
Méceme e inspírame
con tus frondosas sinalefas,
con esa sangre hirviente tuya,
con cada fruto
de gestas enamorado.
Méceme Soria
y mi corazón dirá tu nombre
en mi recuerdo.
Rocío Biedma
Publicado en la Revista literaria "Palabras Indiscretas"
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